Me hace mucha ilusión publicar una receta cuando se convierte en una de mis favoritas, y es exactamente lo que me está pasando ahora mismo con esta tarta de queso. El sabor a chocolate blanco de la tarta, la cremosidad, los trocitos con mermelada de fresa y el remate final con la ganache de chocolate blanco… la convierten en la tarta de queso perfecta.

Como todas las tartas de queso, es muy sencilla de preparar, básicamente mezclar y al horno. Triunfa sí o sí, os lo aseguro.

Elaboración

– Comenzamos triturando las galletas de la base. Puedes triturarlas en trozos más grandes o hacerlas polvo, eso depende del gusto de cada uno. Una vez trituradas mézclalas con la mantequilla derretida hasta que formes una pasta. Vierte en el molde, cubre toda la base, y presiona bien para que quede compacta. Reserva en la nevera.

РMezcla el queso crema con el edulcorante, la esencia de vainilla y el yogur griego. Bate con ayuda de unas varillas hasta conseguir una crema suave y sin grumos. A̱ade ahora los huevos de uno en uno, mezclando bien antes de a̱adir el siguiente.

РA̱ade la leche en polvo e integra bien.

РVierte en el molde, sobre la base, la mitad de la mezcla. A̱ade pegotitos de mermelada de fresa y vierte por encima el resto de la mezcla. A̱ade por ̼ltimo el resto de mermelada de fresa.

– Mete en el horno a 170ºC durante 35 minutos. Apaga el horno y con la puerta un poco abierta deja la tarta dentro otros 10 minutos más. Cuando esté lista, estará firme por arriba, pero temblorosa en el centro. Es normal y necesario para que quede bien cremosa, ya que las tartas de queso cuajan según se enfrían. Déjala enfriar a temperatura ambiente y métela en la nevera.

РCalienta el chocolate blanco con la nata al microondas en intervalos de 30 segundos y mezcla bien. A̱ade de topping a la tarta cuando la desmoldes y vayas a servirla. Yo he espolvoreado por encima un poco de fresa liofilizada.